Evitar los Errores Comunes: Más Allá de Ser "Salvadores" para Nuestros Clientes

Comprender este principio nos brinda la capacidad de respaldar a nuestros clientes y a sus sistemas de una manera más efectiva. Además, nos previene de caer en el error de involucrarnos en los mismos patrones que nuestros clientes están tratando de resolver. Este fenómeno a veces se manifiesta en clientes extremadamente leales que parecen "necesitar" nuestros servicios de manera constante, convirtiéndonos inadvertidamente en parte de su patrón.

En ocasiones, durante nuestras sesiones o en nuestras estrategias de marketing, podemos creer erróneamente que estamos ahí para "salvar" a nuestros clientes. Intentamos liberarlos de elementos perjudiciales en su sistema, y al hacerlo, al juzgar, inadvertidamente cerramos las puertas para respaldarlos en su proceso. Esta actitud puede resultar en la pérdida del cliente y, peor aún, puede llevarnos a quedar atrapados en un patrón que el cliente originalmente buscaba abordar. En lugar de generar beneficios en el sistema, creamos involuntariamente un bucle del que el cliente no puede escapar.

Es crucial reconocer que el rol de un profesional en coaching, terapia o consultoría no es el de un salvador absoluto. El cliente no necesita "salvación", sino apoyo para explorar y resolver sus propios desafíos. Al adoptar una mentalidad de juicio, no solo limitamos nuestro impacto, sino que también perpetuamos dinámicas poco saludables en la relación con el cliente.

En lugar de ser la fuente única de soluciones, debemos ser facilitadores del proceso de autodescubrimiento del cliente. Al mantenernos conscientes de no imponer nuestras propias percepciones o soluciones preconcebidas, creamos un espacio donde el cliente puede explorar y aprender de manera autónoma. Esto no solo fortalece la autonomía del cliente, sino que también evita caer en la trampa de convertirse en el "salvador" que limita el crecimiento y el progreso genuino.

En resumen, al comprender la diferencia crucial entre "apoyar" y "salvar", podemos construir relaciones más saludables y efectivas con nuestros clientes. Al evitar involucrarnos en patrones de dependencia y ofrecer un respaldo genuino, creamos un entorno propicio para el cambio positivo y sostenible en el sistema del cliente.